Como una medida de seguridad que buscará evitar la falsificación de las recetas médicas, se comenzará a aplicar en junio de 2016, una de las exigencias contenidas en el reglamento de la Ley de Fármacos y que señala que los documentos deberán pasar por un proceso de validación antes de que los profesionales médicos las entreguen a sus pacientes.
El reglamento indica que: “Las recetas impresas deberán estar foliadas, y previo a su uso, timbradas por las secretarías regionales ministeriales de salud, Seremis.” De esta manera, al recibir una receta, el paciente deberá verificar que ésta tenga el nombre oficial de la Seremi, pues al no contenerlo, no podrá realizar la compra del fármaco.
La Ministra de Salud, Dra. Carmen Castillo, indicó que esta exigencia llevará al “uso racional y evitará la falsificación de recetas, que todos sabemos que es muy fácil”.
Para el Presidente del Colegio Médico, Enrique Paris, esta fórmula no es la correcta ya que se producirá una sobredemanda en las seremis, impidiendo el cumplimiento cabal de la exigencia. “Nosotros habíamos propuesto, hace ya bastante tiempo, que se creara un registro de imprentas de recetas para que ahí pudiese haber control”, indica.
El propósito del Ministerio de Salud es avanzar hacia la receta electrónica, mediante la cual el paciente y el médico ocuparían su huella digital, lo que permitiría un mejor seguimiento del documento.