Andrei N. Tchernitchin, Mauricio Ilabaca
La biodiversidad ha sido afectada a nivel mundial por los cambios climáticos causados por gases de efecto invernadero que han aumentado desde los inicios de la era industrial. También ha sido afectada en forma directa por diversas actividades antropogénicas, entre ellas la agricultura, reemplazo de bosques nativos por monocultivos arbóreos, actividades industriales y en especial mineras, y por la intervención de territorios que han sido previamente declarados parques nacionales, incluyendo zonas protegidas como Reserva Mundial de la Biósfera. Ello forma parte, al decir de los expertos, de la llamada “Sexta Extinción Masiva de Especies”, que forma parte de la nueva Era geológica reconocida como el Antropoceno.
Una de las consecuencias graves de la afectación de la biodiversidad es la desaparición de especies vegetales que poseen agentes químicos con acción farmacológica. Es decir, desaparecen posibilidades de desarrollo de fármacos para el tratamiento de diversas enfermedades. A manera de ejemplo, numerosas especies vegetales contienen compuestos que causan los mismos efectos que las hormonas sobre el ser humano. Estas no son hormonas de las plantas, sino que son compuestos desarrollados por selección natural para defenderse de diversos predadores o para atraer insectos polinizadores. Algunos de estos agentes presentan actividad estrogénica, los “fitoestrógenos”.
Trabajos realizados por investigadores chilenos, financiados con fondos de CONICYT (Proyecto ACT07), permitieron en animales de experimentación inhibir en forma selectiva algunas respuestas estrogénicas sin interferir con otras, e incluso estimular algunas, mediante el uso de extractos de algunas especies vegetales nativas. Han demostrado que extractos de algunas especies de Adesmia inhiben la proliferación celular (mitosis) en algunos tipos celulares uterinos en animales de experimentación sin modificar otras respuestas estrogénicas en las mismas células, situándolo como un buen candidato para una terapia de reemplazo hormonal que minimice el riesgo de desarrollo de cáncer endometrial durante el climaterio de las mujeres. También demostraron que estos mismos extractos inhibían totalmente el crecimiento de células de cáncer de mama humano en cultivo, condición que puede permitir el desarrollo de un novedoso tratamiento para el cáncer de mama. Actualmente la Universidad de Chile tiene inscrita en EEUU la patente para estos extractos.
Recientemente se ha tomado conocimiento de que actividades destinadas a la construcción de la “carretera eléctrica” en el tramo Cardones-Polpaico, en el sector de La Dormida, que es Reserva Mundial de la Biósfera, han sido responsables de la tala de ejemplares de Adesmia resinosa, especie rara y con alto riesgo de extinción, protegida por la Ley Chilena;planta que es candidata para el desarrollode un nuevo medicamento ya patentado para el tratamiento de algunos cánceres. La posible extinción de esta especie puede significar sepultar para siempre el desarrollo de un futuro medicamento contra estos cánceres y para la prevención de esta enfermedad en la mujer climatérica.
No solo desde Chile, sino que desde todo el mundo, nos señalarán con el dedo acusador a quienes permanecieron indiferentes y permitieron este grave daño a la salud, que también es una grave pérdida para el desarrollo económico del país, impulsado por un medicamento desarrollado en Chile.
Esto es parte de los impactos de la actividad humana indiscriminada que no contempla el necesario equilibrio que debe existir entre la naturaleza y los seres vivos, debiendo la comunidad actuar con premura para transitar rápidamente a estilos de vida y de desarrollo más sustentables, y evitar así daños irreparables como el comentado en el caso de la Adesmia resinosa.
