Más de tres millones de personas son diagnosticadas con cáncer cada año en las américas (OPS/OMS). En Chile, según datos del MINSAL el cáncer representa la segunda causa de muerte en la actualidad después de las cardiovasculares, y se espera que para el 2023 sea la primera. Las estadísticas sanitarias nos dicen que Chile tiene una tasa bruta de mortalidad por cáncer de 143 por 100.000 hab., donde la región de Antofagasta presenta la mayor tasa de mortalidad ajustada por sexo y edad, de 223.7 para hombres y 134.5 para mujeres.
En el documento entregado por MINSAL “Plan Nacional de Cáncer 2018-2028” se señala que a nivel mundial el 19 % de todos los cánceres son atribuibles al ambiente.
A principios del mes de junio, mes del ambiente, la corte suprema de justicia emitió un histórico fallo donde señala la vulneración histórica de derechos fundamentales a la salud y a un ambiente libre de contaminación donde viven los habitantes de la bahía de Quintero-Puchuncaví. El fallo señala que el Estado ha vulnerado estos derechos.
Por el alto costo que implica un manejo integral y oportuno, el cáncer es un problema de salud global que tensiona a todos los sistemas de salud del mundo, pero también los tensiona a generar políticas de prevención de demostrada eficacia, las cuales quedan silenciadas por el lobby industrial. El lobby industrial de la bahía de Quintero-Puchuncaví que vulnera las normativas de emisión de gases de la OMS (que Chile no ha ratificado), tiene el mismo rostro que el lobby tabacalero que hace que la ley de tabaco guarde silencio en el congreso.
La presentación del “Proyecto de Ley del cáncer” representa una oportunidad para establecer estrategias integrales ante este desafío. Pero lamentablemente más parece pirotecnia mediática. Hace unas semanas nos hemos enterado de que no cuenta con los recursos comprometidos por el gobierno, el ministro no se presenta a las sesiones del congreso donde se discute su implementación, y sumado a lo anterior, no se acompaña de ninguna medida legislativa que enfrente factores de riesgo de demostrada evidencia como el tabaco, alcohol y defensa medio ambiental.
Debemos exigir que las autoridades políticas, transversalmente, estén a la altura de este desafío sanitario global, dejando de lado cálculos mezquinos y desarrollando políticas públicas integrales. A su vez, debemos exigirnos como gremio estar también a la altura del debate, aportando evidencia y compromiso, celosos del lobby farmacéutico que se muestra ausente de las estrategias preventivas y que observa con apetito iniciativas legislativas que sólo tributen a sus arcas.
Sea este desafío una forma de honrar la memoria del Dr. Claudio Mora Pavez, infatigable luchador de la vida que supo dignificar su rol de paciente y médico en pro de las necesidades de todas y todos, haciendo frente no solo al cáncer, sino a todo el entramado de vulneración e injusticia que viven nuestros pacientes.