El 22 de marzo de cada año, la comunidad internacional conmemora el Día Mundial del Agua, con el objeto de llamar la atención sobre la importancia del agua dulce y la urgencia de avanzar hacia una gestión sustentable de este recurso.
Conversamos con el Dr. Andrei Tchernitchin, Consejero General y presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, quien nos comentó que “los médicos y quienes trabajamos en el área de la salud tenemos que educar a nuestra población en la necesidad de consumir agua que esté libre de contaminantes, especialmente a las madres, ya que los efectos a largo plazo por el consumo de plomo o arsénico es tremendamente dañino en nuestros niños y niñas”.
El doctor Tchernitchin tiene una amplia experiencia y conocimientos respecto de la calidad del recurso. “Hemos desarrollado un número importante de investigaciones sobre la calidad del agua en distintos lugares del país y el problema más urgente es la contaminación del recurso que está disponible para consumo la población”.
El profesional agregó que “es importante que el agua que consumimos cumpla con las normativas, que esté libre de sustancias tóxicas para el organismo, pero también es sumamente importante que nuestro país asuma las normas de OMS, que son más estrictas en algunos casos que las que hoy están vigentes en Chile”, y ejemplifica con el caso del Plomo, “nuestro estándar es cinco veces más permisivo que el de la OMS, que hoy ha sido aceptada por la gran mayoría de países desarrollados”.
El doctor detalla que los efectos en la salud son nocivos, especialmente cuando el consumo de agua con altos índices de contaminantes se da en los niños y menores de edad, “los daños son importantes por exposición prenatal o infantil temprana, ya que afecta el coeficiente intelectual, por ejemplo. Tenemos que cuidar la salud de nuestra población para evitar problemas neuroconductuales”.
Consultado respecto al aumento del consumo de agua purificada al interior de los hogares, el facultativo aclara que “algunas investigaciones han arrojado que pese a ser agua purificada envasada, contiene ciertos niveles contaminantes. Es mejor el consumo de agua purificada versus el agua de la llave, pero la norma para este tipo de agua en Chile es más permisiva para algunas sustancias”.
Finalmente el doctor Tchernitchin es categórico “debiera existir un organismo estatal que controle el cumplimiento de las normas y que sea confiable, que cualquier particular pudiera tomar una contramuestra y que se controle la calidad del recurso”.