La escena se repite cada invierno. Junto al incremento de las enfermedades respiratorias, vuelve a salir a la luz el grave estado en que se encuentra la salud pública en nuestro país. Falta de camas, brechas en infraestructura, en financiamiento, en equipamiento y en Recursos Humanos muestran su cara más ruda cuando el factor estacional tensiona al sistema hasta el colapso.
A fines de mayo, funcionarios y usuarios del hospital San José se organizaron, para reclamar a la autoridad respecto de las precarias condiciones con que cuenta el establecimiento para brindar atención en el Servicio de Urgencia. Asambleas y llamados de alerta derivaron en una multitudinaria marcha hasta dependencias del ministerio de Salud. Ésta se convirtió en la primera protesta en la nueva era del recién nombrado ministro Mañalich, y que terminó con funcionarios y representantes del Colegio Médico Santiago estableciendo una mesa de negociación que aún se mantiene en curso *.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que el mínimo de camas por habitante es de 2,8 por cada mil habitantes. Si tomamos como referencia a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) esta cifra sube a 4,8. Japón excede con creces: 13 camas por cada mil habs.En Chile estamos lejos del estándar: contamos sólo con 2,16 camas por cada mil habitantes*.
Esta carencia activa una cadena compleja donde el último eslabón, paradójicamente el más prioritario y más sensible, termina siendo el más afectado: el paciente. La falta de camas -sumado al mal uso de la red asistencial- deriva en muchos casos que la atención se brinda en camillas o en lugares que no cumplen con las condiciones de calidad y dignidad.
Escanear la realidad de la situación actual de la brecha de camas en Chile no es una tarea fácil. Si bien el acceso a la información pública hoy está garantizado, el mecanismo tiene plazos y formas que dilatan los tiempos de entrega. Hace un año, el ministerio de Salud dio a conocer un informe que analizó la realidad de los 27 hospitales más complejos del país entre los años 2014-2017. El estudio revela que, en promedio, 674 pacientes diariamente se encuentran esperando un cupo para ser hospitalizados, vale decir, una cama. Esta situación se agudiza en los meses de invierno cuando esta cifra puede alcanzar los 1000 pacientes en espera de hospitalización. En un 80% de los casos esta espera dura menos de 12 horas, pero el porcentaje restante puede llegar, en casos críticos, a tres días.
El mismo informe sostiene que, en la Región Metropolitana, los establecimientos con una mayor tasa de pacientes esperando cama y con mayor derivación son: Barros Luco, Padre Hurtado, San Juan de Dios, Sótero del Río y San José. Además agrega que las derivaciones de pacientes entre recintos de salud tuvieron un incremento de 50,8%, de los cuales la mayoría (72%) en promedio fue reubicado en clínicas.
Un tema de recursos
Un informe publicado por la Dirección de Presupuestos (Dipres) respecto al “Sobregasto Operacional y Deuda del Sistema Nacional de Servicios de Salud”* alertaba que “la situación del sobregasto y deuda se han transformado en unas de las principales preocupaciones de evaluación política y técnica de la gestión de los gobiernos en Salud. También ha tenido consecuencias para la administración financiera del Estado, tanto por la necesidad de contar con mayores recursos a los disponibles, haciendo uso de fondos, reasignaciones presupuestarias u otras fuentes alternativas de financiamiento, como por la necesidad de revisar los mecanismos de presupuestación y transferencias al Sector Salud”.
“El problema del financiamiento del Sector Público de Salud tiene fuertes implicancias en los usuarios del sistema sanitario, en la gestión política y una fuerte resonancia en los medios de comunicación. En la práctica, la discusión se ha polarizado en dos posturas: 1) la insuficiencia de recursos sumada a una deficiente asignación de los mismos y 2) fallas en la gestión por parte de los directivos de salud. No obstante, esta visión de buscar “quién es el culpable”, no ayuda a comprender que este problema es en realidad multifactorial y tampoco aporta a la solución del mismo”, sostiene el estudio.
Desde el gobierno, el plan de inversiones en salud contempla la construcción de 25 nuevos hospitales de aquí al 2022, dejar en construcción otros 25 y dejar a lo menos en fase de diseño otros 25, comprometiéndose un total de 10 mil camas. Además, se proyectan 120 centros de salud familiar, 40 de los cuales van a quedar en construcción y otros 40 en diseño. “El plan incluye empoderar a los hospitales para que puedan dar un mejor servicio a sus pacientes, dotándolos de todas las atribuciones, especialmente en el ámbito financiero y de recursos humanos, para lograr ese objetivo”, declara el gobierno a través de minsal*.
Chile: escasez de médicos persiste
16 médicos (ratio que considera generales y especialistas) por cada 10.000 habitantes es la cifra que entrega el último reporte del minsal, lo que evidencia que la distancia con el promedio OCDE (34 facultativos por cada 10.000 habs.) sigue siendo insuficiente. Esta ratio en la Región Metropolitana, llega a 14,93 médicos por cada 10 mil habitantes. Entre 2014 y 2018 aumentaron 35 por ciento los médicos generales y 25 por ciento los especialistas, no obstante lo cual el déficit de estos últimos en regiones se mantiene.
Las camas según la OCDE
“Las camas hospitalarias son definidas como todas las camas que regularmente están mantenidas y con personal asignado, y que se encuentran disponibles en forma inmediata para su uso. Estas incluyen camas en hospitales generales, de salud mental y hospitales de abusos de sustancias, y otros hospitales de especialidad. Las camas en centros de cuidados de larga estadía se encuentran excluidas” (OCDE, 2017*).
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