La llegada del COVID-19 ha generado una serie de cambios en nuestras vidas que nos obliga a reflexionar sobre cómo el impacto de la pandemia en nuestra salud mental, repercute en la calidad de la atención que le entregamos a nuestros pacientes. Esto ha sido ampliamente discutido en los últimos años debido a la alta prevalencia de burnout en la comunidad médica y que en 2017 llevó a la Asociación Médica Mundial a promulgar una nueva versión de la Declaración de Ginebra, que incorpora el bienestar y el autocuidado como parte de nuestro deber profesional. Hoy más que nunca es necesario ser conscientes de los factores que intervienen en el deterioro de la salud mental del equipo de salud y proponer soluciones que contribuyan a mitigar los daños asociados a esta crisis.
El nivel de estrés al cual nos hemos visto sometidos en los últimos meses, ha deteriorado nuestro estado de salud. Esto ha sido cuantificado en el informe preliminar del estudio multicéntrico “COVID-19 Health Care Workers Study,” que busca evaluar los impactos de la pandemia en los trabajadores de la salud. Los datos obtenidos hasta ahora muestran que en Chile el 31,4% presenta síntomas depresivos de carácter moderado a grave. A esto se suma el síndrome de burnout que de acuerdo a cifras publicadas, incluso antes de la pandemia en países como Estados Unidos, alcanza una prevalencia mayor al 50% en profesionales médicos independiente de su especialidad. Esto no solo tiene un impacto desde el punto de vista del bienestar personal, sino que también está demostrado que influye en la toma de decisiones y aumenta el riesgo de cometer errores médicos.
A esto se suma los más de 17 mil trabajadores de la salud que se han contagiado de COVID-19, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud. La mayoría de los afectados corresponde a funcionarios dependientes de los Servicios de Salud Sur, Sur Oriente, y Norte, lo cual sugiere que el riesgo es mayor para aquellos que trabajan en sectores más vulnerables. Si bien esta realidad depende de múltiples factores, es importante relevar la responsabilidad que tiene la autoridad sanitaria en cuanto a la adecuada implementación de medidas de prevención para proteger a los trabajadores y trabajadoras que arriesgan su vida para cuidar a otros.
El personal de salud tiene un papel fundamental en el manejo de la pandemia. Es por esto que desde el Colegio Médico Santiago hemos trabajado coordinadamente con otros gremios, instituciones, organizaciones y colaboradores expertos en políticas, salud y comunicaciones para dar origen a la iniciativa “Impulsa Salud” que busca promover la resiliencia de los equipos de salud a través del fomento de ambientes laborales seguros y el acceso a actividades gratuitas destinadas al bienestar personal. Esta iniciativa está pensada desde la construcción colaborativa, es por esto que les invitamos a ingresar a la página www.impulsasalud.cl y responder una encuesta que busca comprender los desafíos que enfrentan actualmente los equipos de salud para generar soluciones que den respuesta a sus necesidades.
El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor(a), y no refleja necesariamente acuerdos tomados por la Mesa Directiva o el Consejo Regional, ni postura oficial del Colegio Médico de Santiago.
Dra. Natalia Henríquez
Consejera Regional
Colmed Santiago