La reciente movilización de la comunidad del Hospital Padre hurtado debe hacernos reflexionar sobre el futuro de los centros asistenciales experimentales.
Nacidos con este siglo, cada uno de ellos respondió a la intención de generar nuevos modelos de gestión en salud, pero que se basan en medidas de eficiencia económica, dejando de lado estrategias de potenciación de los equipos humanos que no solo incluyan estímulos económicos.
La conformación de equipos clínicos y humanos en los establecimientos de salud, está ligada fuertemente con la identidad de cada comunidad interna de dichos establecimientos, y por ende ligado a la mística propia de pertenecer a una institución pública, que se refleja en sus usuarios y responde a ellos.
Este elemento, junto a la creación de carreras funcionarias que fomenten la permanencia y el sentido de pertenencia a la institución, son conceptos ausentes en este modelo de gestión, los que redundan finalmente en debilitar equipos clínicos y el desarrollo de las distintas ramas de la medicina.
El ingreso de estos establecimientos experimentales a la red pública, junto con ser ya una necesidad en el caso del Hospital Padre Hurtado, debiera ser una estrategia a plantear en el caso de los otros dos centros que mantienen aún esa calidad, dada la necesidad de potenciar a dichos equipos clínicos y sobre todo como expresión de la necesaria potenciación del sistema público de salud, que creemos debiera volver a unificarse desde el punto de vista administrativo, de gestión y de diseño de políticas en todos sus niveles a lo largo del país.
Dr. Pablo Salinas C – Neurólogo
Presidente Regional Santiago
Colegio Médico de Chile (A.G.)
Profesor Asistente de Neurología U. de Chile
Hospital Clínico San Borja Arriarán