Son 17 días de huelga, y la situación se ve difícil de superar. Las conversaciones entre las partes están prácticamente estancadas y han debido recurrir a la mediación obligatoria de la Inspección del Trabajo para avanzar en una negociación que no tuvo un buen comienzo. De hecho, según informaciones entregadas, ha sido la misma clínica que ha declarado “no negociar con el personal en huelga”.
Previo a la paralización sindical, la clínica fue adoptando medidas de presión para evitar la huelga, como el cierre de los servicios de urgencia adulto y pediátrica. El conflicto se vio acrecentado cuando la oferta presentada por la clínica, no cumplió con las expectativas, siendo más baja que el piso de la última negociación.
Frente a esta prolongada paralización, desde el Consejo Regional Santiago, la Dra. Natalia Henríquez, presidenta de la orden, manifestó su preocupación desde el primer día de huelga, haciendo un llamado a las partes, en especial a la clínica a poner en primer plano a los pacientes, “quienes son los principales afectados, pues son ellos los que quedan sin atención”, aseguró.
“Hacemos un llamado a la autoridad a tomar cartas en el asunto; no es posible que estemos llegando a los 20 días de paralización y desde el ministerio no se hayan pronunciado; más aún tomando en cuenta lo que señalan los propios trabajadores: cerca del 40% de los ingresos de Clínica Dávila provienen de Fonasa”, expuso.
En este momento hay alrededor de 100 camas pediátricas cerradas y todos los servicios de urgencias sin atención, el escenario es complejo, ya que se da además en medio de una campaña de invierno que, como todos los años, genera una alta congestión en hospitales y servicios de salud privados, por lo que la situación de Clínica Dávila podría afectar el estado de los centros asistenciales que se encuentran en el sector como el Hospital San José y el J.J. Aguirre.