Por: Marcelo Acevedo M.

Secretario General Consejo Regional Santiago – COLMED

La presencia de la pandemia, desde su aparición en Chile en marzo del 2020, desencadenó una crisis vital, donde la sociedad en su conjunto se vio expuesta a sus temores, debilidades y – fundamentalmente – a una incertidumbre que deconstruyó mucho de lo que considerábamos estable y seguro.

Desnudó las  vulnerabilidades de un país golpeado por una crisis social. Momento histórico al cual se le buscó una salida política viable a través de un proceso constituyente, que hoy vive momentos relevantes y que está a pocos días de entrar en etapa de armonización.

Para quienes seguimos y apoyamos el proceso, se hace necesario participar del debate con información, escucha activa y capacidad de discusión. Como médicos y médicas, nuestro conocimiento de las distintas realidades de la salud en Chile – y fundamentalmente de los y las pacientes – nos obligan y permiten transmitir aquellos alcances concretos que deben tener las transformaciones que anhelamos.

Frente a esto, sentarnos con honestidad, dispuestos a asumir costos y dejar de lado los egoísmos individualistas que tanto han dañado nuestra sociedad, es lo que – a mi juicio – lo que las circunstancias exigen. 

¿Hacia dónde transitar? Las señales, sin duda, van en una dirección clara: acoger el llamado transversal de devolver la dignidad al acto en salud; siendo dignidad, tal vez, el elemento que mejor expresa el sentir de las y los ciudadanos en sus demandas. ¿De qué modo?:

• La transición hacia un modelo de salud con aseguramiento universal, administrado por una entidad pública sin fines de lucro que no discrimine. Financiado vía impuestos generales y cotizaciones obligatorias, las cuales pudieran en el futuro bajar progresivamente, según mejoras en productividad e incremento de recaudación fiscal. Aquello, es a todas luces, el primer gran cambio ante el cual debemos incorporarnos. 
• Los principios que se deben plasmar en la Constitución es otro de los temas que implican debate, siendo la universalidad, solidaridad, eficiencia, y probablemente la oportunidad, indispensables. 
• Frente a esta transformación, aparece la necesidad de que los prestadores públicos y privados, integrados en red, participen de la prestación y permitan dar respuesta a la enorme demanda de salud que existe, tanto ambulatoria como hospitalaria. Es necesario hacer realidad permanente el ejemplo exitoso que nos entregó la pandemia, donde se cumplió con aquella máxima que siempre debemos alcanzar: “atención de salud de acuerdo a su necesidad y criterio clínico, y no a su capacidad de pago”. Tal como sucede en esa misma línea con la Ley de Trasplantes.
• Esta integración, sin duda alguna, debe estar regulada vía Ley por la autoridad sanitaria a la cual se sometan todas aquellas instituciones privadas que deseen participar del nuevo Sistema.  
• La gradualidad de esta transformación debe estar considerada, teniendo en cuenta los impactos que cada uno de estos cambios puedan generar. 

La pandemia nos mostró la fragilidad de nuestro casi inexistente sistema de protección social. Llegando a la increíble situación de usar un porcentaje de los fondos de pensión para sobrevivir con los sucesivos retiros desde las AFP. El Estado, concordemos, no estuvo a la altura de la necesidad.

Hoy, sin embargo, esta misma pandemia nos mostró el camino. En salud la solución existe y responde a lo que se espera y funciona para la ciudadanía, y cómo los y las pacientes se ven favorecidas por ella.

Debemos hacer el esfuerzo y trabajar en conjunto para cumplir dicha meta. No dejemos que la lógica dicotómica de buenos o malos, izquierda o derecha, impida tomar esta opción que el destino nos está otorgando. 

 Al menos yo estoy disponible para trabajar y aportar. 

Dr. Marcelo Acevedo M.

Secretario General Consejo Regional Santiago – COLMED